lunes, 27 de octubre de 2014

Camino de Santiago de invierno en BTT

Este viaje lo hicimos en la primavera de este año 2014, concretamente en abril coincidiendo con la Semana Santa. Ya habíamos hecho el Camino de Santiago en diferentes versiones, así que buscamos una vía más original, y encontramos un camino poco conocido que es el Camino de Invierno.

El plan era salir de la puerta de casa para enlazar con el Camino de Santiago de Madrid a la altura de Tres Cantos, seguir por el Camino de Santiago de Madrid hasta enlazar con el francés a la altura de Sahagún, para continuar por éste hasta la ciudad de Ponferrada, donde en vez de seguir por el más tradicional Camino de Santiago Francés, cogeríamos el Camino de Invierno que llega a Santiago de Compostela siguiendo la ribera del Sil hasta enlazar con el Camino Sanabrés (la entrada a Santiago es común con éste). Todo ello en los diez días que habíamos conseguido.

Día 1: Azuqueca de Henares-Manzanares el Real

Esta etapa fue emocionante por el hecho de salir desde el portal de casa, pasando por una de las parroquias del pueblo para tener un sello del punto de salida antes de empezar a dar pedales. Por pistas forestales fuimos enlazando diversos pueblos de Madrid hasta llegar a la altura de Tres Cantos.


Aquí es posible enlazar con el Camino de Santiago de Madrid, y ya solo hay que seguir las flechas amarillas, que serán nuestras fieles compañeras durantes los próximos nueve días de recorrido. Tuvimos parada para comer en Colmenar Viejo (bueno, más bien merendar), para coger fuerzas y poder seguir hasta Manzanares.

Como salimos bastante tarde nos encontramos pedaleando por esta zona justo al atardecer, así que gozamos de unas imágenes realmente bonitas.


Por supuesto a Manzanares llegamos entrada la noche, y tuvimos que buscar alojamiento, ya que nos llevamos la sorpresa de que el albergue de peregrinos lo habían cerrado, así como algunos de los alojamientos que llevábamos como referencia. Finalmente encontramos un alojamiento rural, algo caro, pero a esas horas de la noche, y visto que no había muchas más opciones (a no ser que nos fuésemos a la Pedriza a dormir, opción que estuvimos valorando) pues nos fuimos a dormir en una buena cama.

Día 2: Manzanares el Real-Añe

Esta jornada es una de las más bonitas, aunque también dura. El Camino de Santiago, hasta iniciar la subida a la Fuenfría, tienen amplios tramos que transcurren por sendas bastante estrechas en las que habrá que prestar atención ya que están bastante concurridas, tanto por otras bicis como por sederistas, especialmente si se pasa por esta zona en fin de semana, pero no se puede negar que es una parte preciosa.


Detalle de una de las sendas

En Navacerrada o Cercedilla lo mejor es hacer una buena parada para avituallarse y aprovechar para comer algo, ya que a partir de aquí se inicia una de las partes más duras, pues habrá que subir el Puerto de la Fuenfría, que marca la separación con la provincia de Segovia. La subida a la Fuenfría se realiza por la llamada Carretera de la República (en el caso de los senderistas siguen la Calzada Romana, demasiado dura para la bici), en un continúo ascenso, bastante duro inicialmetne, pero cuya pendiente va disminuyendo a medida que se recorren kilómetros, los más fáciles serán los últimos que nos dejan en este puerto, justo en la divisoria entre ambas provincias. 
 
Ascenso al Puerto de la Fuenfría

La bajada se realiza por una amplia pista, algo pedregosa, y muy rápida que nos lleva hasta la Fuente de la Reina y a las ruinas de Casarás, de este último hay numerosas leyendas (aunque parece ser que se trata de un hospedaje que cayó en desuso cuando se dejó de usar este paso en favor del Puerto de los Leones).

Fuente de la Reina. Descenso del Puerto de la Fuenfría

A partir de aquí es un continuo descenso hasta llegar a la zona más baja, donde amplias pistas nos conducen a la bella ciudad de Segovia, con sus numerosos monumentos como el acueducto romano, el Alcázar, o la Catedral. A nosotros el tiempo nos dio únicamente para un paseo en bici por el centro, ya que nuestra intención era pernoctar en un lugar más tranquilo...

 Catedral de Segovia
 Vista del Alcázar

Así que después de una pequeña vuelta por la ciudad, salimos por terreno muy cómodo para alcanzar el pequeño pueblo de Añe, donde hay un albergue instalado en las antiguas escuelas. No es que esté muy preparado, pero al menos tiene agua caliente, y colchones para dormir en el suelo en caso de que las escasas camas estén ocupadas, aquí compartimos alguna charla con un par de peregrinos que se dirigían a pie a Santiago. Lo mejor fue la estupenda comida en el único bar del pueblo (seguramente en días de diario no esté abierto, así que, en ese caso, ir aprovisionados).

Día 3: Añe-Puente Duero

Esta jornada transcurre por tierras típicamente castellanas, con amplias planicies, alguna subida y bajada, pero no especialmente duro, al menos en cuanto a los desniveles. Nuestro viaje nos permitirá visitar poblaciones que tuvieron cierta importancia en tiempos no muy lejanos y que guardan monumentos reflejo de ello, que bien merecen una visita y una parada, como es el caso de Santa María la Real de Nieva, donde encontraremos el monasterio del mismo nombre, o Coca, con su impresionante Castillo cuya construcción se inició a mediados del s. XV, con la peculiaridad de que en su construcción se utilizó el ladrillo, con lo que se aleja de la típica imagen que todos tenemos de los castillos.

Castillo de Coca

En las inmediaciones de Coca y hasta llegar a Puente Duero, nos tendremos que enfrentar a la parte más dura del recorrido, y no por los desniveles, sino por el terreno, ya que durante numerosos kilómetros el camino transcurre por pinares donde el terreno es muy arenoso y hace muy difícil circular con las bicis.

Nuestro discurrir por tierras de Castilla nos llevará hasta Puente Duero, población situada a tan solo 13 kilómetros de Valladolid, donde decidimos pernoctar en el albergue situado justo antes de atravesar el precioso puente medieval que salva el río Duero, y en torno al cual creció esta población (aunque el que actualmente se puede ver es del s XIX, ya que el antiguo puente fue volado por las tropas francesas en 1812). 

Puente Duero

Día 4: Puente Duero-Santervás de Campos
 
Esta será una de las jornadas más largas, pero también muy cómoda, ya que se circula por amplias pistas sin apenas dificultad y con poco desnivel, dejando atrás el terreno arenoso del día anterior, lo que hace que el avance sea muy rápido. 

Durante la jornada se pasa por interesantes poblaciones que merecen una visita, la primera de ellas es Simancas, que dista pocos kilómetros de Puente Duero y donde existe una amplía oferta hostelera. La entrada a Simancas se realiza por una agradable zona recreativa al lado del río, que nos llevará al centro de la población y al Castillo, construido a lo largo de los s XV y XVI, y reformado posteriormente en los s. XVII y XVIII, donde actualmente se sitía el importante Archivo General de Simancas.

Saldremos de esta población para proseguir por amplias pistas por campos de cereales, que dada la época, estaban increíblemente verdes con el colorido propio de la primavera. Llegando a Wamba nos encontramos con una señalización curiosa y simpática del camino.



 
Así, con el cielo algo oscuro, llegamos a la pobación de Wamba, única población en España que contiene la letra "w" (una curiosidad). Este curioso nombre procede de la coronoción del rey visigodo del mismo nombre en esta población en el año 672, a la muerte de Recesvinto en esta localidad. En esta población es muy interesante visitar la Iglesia de Santa María, que cuenta con enorme osario.

Iglesia de Santa María. Wamba

Nos adentraremos en la Comarca de Tierra de Campos, que se caracteriza por los amplios campos de cultivo, y donde encontramos importantes localidades, una de ellas es Medina de Rioseco, con una importante Historia, reflejo de lo cual es su extenso patrimonio cultural (numerosas igelsias y conventos, restos de la muralla medieval, etc.), y un bonito centro de la ciudad con calles con soportales.

La úlitma población importante por la que pasaremos antes de llegar a nuestro destino para descansar será Villalón de Campos, donde los monumentos más significativos son el Rollo Jurisdiccional y la Iglesia de San Miguel. Estuvimos tentados de quedarnos en esta población a dormir, hay albergue, pero finalmente decidimos seguir hasta el cercano pueblo de Santervás de Campos, y no nos arrepentimos, ya que es un pubelo pequeño, pero acogedor, que tiene un cuidado albergue (donde estuvimos solos) y un bar con unos propietarios de los más amable. Como curiosidad comentar que Juan Ponce de León, conquistador de Puerto Rico y descubridor de Florida, nació en este pueblo.

Entrada del Albergue de Santervás de Campos

Día 5: Santervás de Campos-Hospital de Órbigo

En esta jornada conectamos con el Camino de Santiago francés a la altura de El Burgo de Ranero, nuestra idea era enlazar en Sahagún, que es donde realmente se juntan ambos caminos, pero nos perdimos un poco en la conexión...cosas del directo.

Desde luego hay un cambio claro entre un camino y otro: la cantidad de gente. Durante los días previos encontramos a algún peregrino, pero en general muy pocos, y en los albergues estuvimos prácticamente solos. A partir de El Ranero fue una romería...era una hilera continua de gente, de todas las edades y nacionalidades...andando, en bici...una locura, seguramente el hecho de que estuviéramos en Semana Santa no ayudó a que el Camino estuviera despejado. La verdad es que me llegó a agobiar.

Una vez metidos en la corriente, en pocos kilómetros llegamos a la ciudad de León, y tengo que decir que esta fue la parte del Camino que menos me gustó, no la ciudad en sí, sino la entrada y salida de León, me pareció bastante feo y para las personas que van andando...no quiero ni pensarlo, porque andemás son bastantes kilómetros, pero supongo que es lo que tiene las cercanías de las grandes ciudades.

Por supuesto, las cosas se olvidan cuando uno llega a una ciudad como León, llena de encantos mires donde mires.

Catedral de León

Este tramo no tiene mucho que contar, ya que es bastante monótono, pero al menos es cómodo, con lo que se llega sin mayores dificultades a la población de Hospital de Órbigo, donde lo más característico es el puente medieval, del s XIII, sobre el río Órbigo. 
 
Puente medieval. Hospital de Órbigo

En esta localidad hay una numerosa oferta hostelera, tanto de albergues (públicos y privados) y otro tipo de alojamientos, como restaurantes para poder tener una abundante cena, eso sí, no hay más remedio que compartir el espacio con los numerosos peregrinos. 

Día 6: Hospital de Órbigo-Molinaseca

Esta jornada transcurrirá en su totalidad por el Camino de Santiago francés, pasando por algunas de las zonas más emblemáticas de este camino de peregrinación. 

Por caminos tranquilos abandonamos Hospital de Órbigo hacia nuestro próximo destino: Astorga.

Salida de Hospital de Órbigo

Astorga presentaba una gran actividad debido por un lado a los numerosos peregrinos y por otro al turismo debido a la celebración de la Semana Santa, y bien merece una visita ya que tiene un importante patromonio que mostrar para todos aquellos que quieran dedicarle un tiempo, con importantes restos romanos, su Catedral cuyos orígenes se remontan al s XI, Palacio Episcopal (obra de Antoni Gaudí) y sus numerosas iglesias. 

Catedral de Astorga

Tras atravesar Astorga nos internamos en una de las zonas más bonitas de esta parte del Camino como son los pueblos de la comarca de la Maragatería, de donde es el famoso cocido Maragato, pueblos llenos de encanto donde iniciamos una de las partes duras. Primeramente nos encontramos con la localidad de El Ganso y luego con la pobalción de Rabanal del Camino, si podéis pasead por sus calles...es una experiencia inolvidable.

Entrada a la población de El Ganso

A partir de aquí nos enfrentamos a una importante subida que nos llevará primeramente a la población de Foncebadón y posteriormente a la Cruz del Ferro, uno de los grandes hitos para los peregrinos que se dirigen a Compostela. En esta subida tendremos que abandonar en algún tramo la senda seguida por los caminantes para seguir por la carretera si no queremos vernos obligados a empujar nuestras monturas, cosa no muy recomendable con las alforjas. Pero la llegada a la Cruz del Ferro siempre es un momento emocionante que, de alguna forma, nos susurra que nuestro objetivo está un poquito más cerca. 

Cruz del Ferro

Aunque, a pesar de lo emocionante del momento, lo mejor es no confiarse, porque aquí tenemos un falso llano, con pequeñas bajadas, pero todavía no hemos finalizado la ascensión, aunque el desnivel a salvar es mucho menor, la euforia del momento hace que se haga duro. Así llegaremos a la población abandonada de Manjarín, donde lo único que queda, además de las ruinas de las casas, es el albergue (entrad a que os sellen, es toda una institución en el Camino). Desde este punto iniciaremos un descenso importante y rápido, con excelentes vistas.


Esta bajada nos permite llegar a la población de Molinaseca relativamente descansados, un bonito pueblo, donde decidimos parar a dormir para evitar la más grande y bulliciosa Ponferrada, donde lo más característico es el Puente de los Peregrinos que salva el río Meruelo y nos adentra en la población.

 Puente de los Peregrinos. Molinaseca

Día 7: Molinaseca-A Rúa

Etapa emocionante, porque nos adentraríamos en la comarca del Bierzo y aquí íbamos a abandonar el Camino de Santiago francés para adentrarnos en el no tan conocido Camino de Santiago de Invierno, del que teníamos menos referencias e íbamos un poco a ciegas. 

Desde Molinaseca en bajada llegamos a Ponferrada, a la entrada de la población, al poco de pasar el albergue de peregrinos, y antes de adentrarnos en sus centro histórico, podemos encontrar la marca que nos indica la dirección del Camino de Santiago de Invierno, variante que nos llevará por la ribera del río Sil, aquí empezaba lo duro del viaje. 

Inicio del Camino de Invierno. Ponferrada

Nada más dejar Ponferrada empezamos ya con cuestas interesantes, eso sí, el ambiente cambió radical y los peregrinos desaparecieron, dejándonos paisajes para nosotros solos, más solitarios y menos urbanos que los que veníamos viendo en días previos.

Primeros kilómetros del Camino de Invierno

Incialmente el camino transcurre por caminos bastante anchos, pero con fuertes desniveles (en alguna de las cuestas tuve que bajarme de la bici, dada la fuerte pendiente), atravesando viñedos en un recorrido un poco desmolarizador porque todo lo que subres lo bajas unos cientos de metros después. A medida que avanzamos se van estrechando y complicando, especialmente a partir de la ermita del Carmen.


Este es el punto de inflexión, seguimos las indicaciones del Camnio de Santiago y nos llevan a una estrecha senda con una fuerte subida que nos obligó a bajarnos de la bici, por la pendiente y porque técnicamente es complicado de hacer en bici, pero es cierto que las vistas por este camino son impresionantes, el problema es que se hace muy lento y se avanza poco, lo que se unió al importante calor que hacía, todo ello hizo que fuera especialmente duro. 






Este camino nos conduciría al pueblo (más bien aldea) de Villavieja, desde donde hay unas vistas excepcionales del impresionante Castillo de Cornatel, cuyos orígenes se remontan al s XI, aunque para llegar a él tendremos que subir de nuevo, en esta ocasión por una pista ancha. 


 Aldea de Villavieja

Castillo de Cornatel

Pero esto era el inicio de lo que iba  ser un camino complicado desde el punto de vista físico, aunque altamente gratificante en cuanto a los paisajes de los que íbamos a disfrutar. 

Desde aquí el camino se dirige hacia las famosas minas romanas de las Médulas (declaradas Patrimonio de la Humanidad), pasando por la población del mismo nombre. Las características paisajísticas de esta zona vienen dadas por los métodos de extracción por parte de los romano, que canalizaban el agua de los ríos de montaña embalsándola en la parte alta, para después introducirla a presión por la red de canales previamente horadados en las montañas, de forma que la fuerza del agua arrastraba las tierras auríferas (este entramado es visitable, pero mejor evitar los días festivos y fines de semana por la gran cantidad de gente). 

 Vista de las Médulas

Después de una fuerte subida se inicia un importante descenso hasta Puente de Domingo Flórez, por pistas anchas y disfrutando de unas estupendas vistas. En esta localidad entramos en tierras gallegas, dejando atrás la provincia de León.

Descenso a Puente de Domingo Flórez

Desde el embalse de Pumares el camino seguirá el margen de la línea de ferrocarril, por un terreno técnicamente complejo, ya que es muy pedregoso, lo que hace difícil y lento el avance, físicamente es muy duro, el día que recorrimos estos caminos hizo mucho calor, y en el valle no corre mucho el aire. 

Embalse de Pumares

 La localidad más grande que pasermos en esta etapa es O Barco y, curiosamente, fue el único punto de duda en el recorrido, ya que en el paseo junto al río de repente perdimos las referencias, solo hay que seguir por el margen derecha junto al río para pasar por un puente de madera y seguir por los caminos sin cambiar de margen, para luego ir hacia nuestra derecha y terminar saliendo a una carretera donde de nuevo volveremos a encontrar las características señales del camino. 

A partir de aquí nos dirigimos hacia A Rúa, con la amenaza de tormenta sobre nuestras cabezas. Aquí iremos mucho más rápido ya que hay algunos tramos por carretera y con la bici, y después de un día tan duro, se agradeció. Fue en este tramo donde nos encontramos con Javier, el único peregrino que nos encontramos en todo el tramo del Camino de Invierno, él iba andando lo cual tiene mérito porque es una opción solitaria y que dista mucho entre pueblos, con pocos albergues intermedios. Coincidimos con él en el albergue de A Rúa, donde pernoctamos, después de un día más que duro.

Día 8: A Rúa-Pobra de Brollón

La salida de A Rúa la hacemos con un cielo plomizo que nos dejó lluvias intermetentes a lo largo del día, y un día algo frío (después del inmenso calor que habíamos pasado el día anterior). La salida se realiza por una pequeña carretera que asciende de forma cómoda muy por encima de la N-120 que dejamos al fondo del valle, para después adentrarnos en antiguos caminos de comunicación entre las aldeas de la zona.
Este tramo nos llevará por pistas casi abandonadas y dominadas por la vegetación que con las bicis se hará duro ya que son más aptas para el senderismo que para el pedaleo, pero desde luego nos regalará a cambio de los paisajes más bonitos que pudimos disfrutar en este camino.

 Detalle de los caminos que recorrimos

Se pasa por inumerables aldeas, que no pueblos, en un estado de abandono importante, donde no hay que contar con encontrar provisiones ni ningún sitio donde comer o aprovisionarse, por lo que es recomendable ser autosufieinte durante la jornada. Además es difícil encontrar vecinos en estas aldeas, donde prácticamente no queda nadie, aunque cuando nos cruzamos con alguien son sumamente amables y se interesaron por si necesitábamos algo, esto también es una gran diferencia respecto del más conocido Camino francés, ya que en este último, supongo que debido a la masificación, realmente nadie muestra mucho interés, pero en el Camino de Invierno tienes la oportunidad de hablar con la gente de los pueblos y experimentar la hospitalidad de estas tierras. 

Una de las aldeas por donde pasa el camino

Hubo momentos en los que se hizo muy duro, ya que no quedó más remedio que empujar las bicis en algunos tramos donde era imposible dar pedales, ya que son caminos prácticamente perdidos y que no estaban pensados para las dos ruedas, con lo que presentan muchos escalones y piedras...sin contar con el hecho de que debe hacer muuuucho tiempo que no se limpian, y no parece que estén muy transitados. 

Caminos prácticamente perdidos entre aldeas

Aunque de vez en cuando nos llevábamos una alegría y el camino transcurría por una pista más fácil, que nos ayudaba a avanzar algunos kilómetros algo más rápido, ya que debido a las dificultades mencionadas, el avance era lento. 

Pista

También atravesaremos alguna población más grande como es Quiroga, quizá los puntos más dudosos en cuanto al recorrido. A unos 10 kilómetros de esta población llegamos al pueblo de Barxa de Lor, un lugar de mágica belleza donde atravesaremos el rió Lor por el puente de origen medieval que preside esta población, con unas vistas magníficas. 

Barxa de Lor

Río Lor, desde el puente medieval. Barxa de Lor

Desde aquí nos tocará ascender, aunque poco desnivel, para encontrar amplios prados que en descenso nos llevan hasta el pueblo de Pobra de Brollón, donde encontraremos descanso en el único hostal que localizamos, lo del alojamiento en esta parte es algo complicado.
  
Día 9: Pobra de Brollón-Rodeiro

Salimos de Pobra de Brollón con un día gris, pero sin agua, por el momento. El camino es bastante tranquilo hasta llegar a la ciudad de Montforte de Lemos, cuando llegamos estaban en plena feria medieval. Es un buen sitio para tomarse un descanso ya que goza de un importante patrimonio histórico-artístico.


Montforte de Lemos

Los próximos kilómetros serían un continuo desfile de aldeas unidas a través de caminos pedregosos y llenos de barro, debido a las lluvias del día anterior, que nos obligaron en una ocasión a buscar alguna alternativa, porque era imposible pasar con las bicis sin meter media pierna en esos barrizales. 

Detalle de uno de los senderos

Pero desde luego, y a pesar de todo, es innegable la belleza del lugar, con unos colores verdes e intensos. 



Este tramo se hace largo debido a que se avanza muy lentamente por lo complicado del terreno, pero despacito llegamos a la bajada hacia el pueblo de Belesar. Esta bajada es un camino empedrado que mojado hay que tener algo de precaución, como fue nuestro caso, lo que nos obligó a echar el pie a tierra en gran parte de su recorrido. En la población de Belesar atravesamos el impresionante río Miño. 


Bajada al pueblo de Belesar

Pero después de toda bajada...viene una subida, y esta es bastante importante, lo único bueno, y como excepción, la realizamos por carretera, lo que hace que sea relativamente cómoda, aunque con importantes repechos...así que hay que tomárselo con calma, porque la subida tiene unos cuantos kilómetros. 

Después de la subida pasaremos por Chantada, último pueblo antes de iniciar el largo ascenso a uno de los puntos más altos del Camino: el Monte Faro (con más de 1100 metros). La subida es muy cómoda, casi toda ella por una estrecha carretera en mal estado, pero la lluvia lo complicó todo bastante, ya que justo llegando a la cumbre empezó una importante tormenta, y el agua nos acompañó en la cumbre y en la bajada. 


Cruceiro en el Monte Faro

Llegamos a Rodeiro empapados, así que el agua caliente esa noche se agradeció. 

Día 10: Rodeiro-Santiago de Compostela

Bueno así, con lluvia y con cansancio, llegamos al último día de nuestro recorrido, en estos momentos, en todos los viajes, se mezclan dos sentimientos encontrados, por un lado un cierto deseo de terminar para descansar las fatigadas piernas tras tantos kilómetros, pero por otro lado, nostalgia adelantada...Así que intentamos aprovechar estas últimas horas para empaparnos del ambiente del Camino y de la belleza que nos rodeaba.


Indicación del Camino

Apuramos los últimos kilómetros de este Camino de Invierno que finaliza en la población de Lalín, pero antes tendremos que pasar por el puente medieval del Pedroso, uno de esos rincones mágicos, pero duros para la bici...y como tantas otras veces nos tocó hace "bicisenderismo", para salvar las grandes piedras. 

Puente del Pedroso

En la población de Lalín el Camino de Invierno confluye con el Camino Sanabrés y a partir de este punto comparte trazado hasta Santiago de Compostela. Aunque la proximidad de Santiago se hace notar, tendremos la oportunidad de pasar por aldeas que guardan vestigios de tantos siglos de peregrinaje en sus calles. 


La llegada a Santiago de Compostela siempre resulta emocionante después de tantos kilómetros, de tanto esfuerzo, de tantos paisajes fantásticos, de tantos momentos duros...llegar a la Plaza del Obradoiro es una gran recompensa (lo único que lo estropó fueron las obras que estaba sufriendo la Catedral), y nuestras "burritas" tenían que ser las protagonistas, después de lo bien que se portaron. 

Llegada a la Plaza del Obradoiro

Y después de 10 jornadas de intenso viaje solo queda decir: Buen Camino...solo hay que seguir las flechas amarillas...

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INFORMACIÓN ADICIONAL

La credencial se puede conseguir acudiendo a la Asociación de amigos del Camino de Santiago, ya que en el de Madrid no hay manera de conseguirla en los albergues por los que pasamos (no muchos). En el Camino de Invierno para sellar hay que aprovechar los escasos albergues, pero nosotros también pedimos que nos sellaran en algunos bares y comercios, así como en los hostales en los que pasamos noche, ya que no hay muchas opciones para sellar.

Para el regreso nosotros utilizamos un coche de alquiler, pero también existen autobuses de ALSA, eso sí la bicicleta tiene que ir empaquetada (en ALSA venden unas bolsas para la bici, muy ligeras), si no te pondrán problemas. Si va más de una persona, y por evitar problemas, compensa un coche pequeño de alquiler, lo justo para meter las bicis y equipaje.