viernes, 12 de febrero de 2016

Altos de Barahona en BTT (Soria)

Iniciamos nuestra ruta en la localidad de Barahona de las Brujas. La segunda parte del nombre la desconocíamos y nos llamó muchísimo la atención, pero tiene su razón de ser, y es que al parecer este pueblo fue durante tiempo considerado como foco de brujería, e inlcuso se llevó a cabo algún proceso inquisitorial relacionado con ello. En todas partes hay historias interesantes y desconocidas por descubrir.

No hay que dejarse llevar por la primera impresión, ya que al iniciar nuestra andadura, siguiendo inicialmente las señales del GR 86, nos encontramos con un paisaje sin vegetación, pedregoso, de dura belleza, donde nada impide la visión del horizonte, no se ve ni un solo árbol en kilómetros.

Inicio de la ruta

Al poco tiempo nos encontramos con una pequeña sima, conocida como La Hondonada. Es bastante llamativa, ya que es un inmenso hundimiento del terreno, espero que no pillara a nadie paseando por encima.

La Hondonada

Este paraje sin ondulaciones no es más que un espejismo, y en breve nos íbamos a encontrar una prueba perfecta. Siguiendo el GR 86 en dirección a Rello nos adentramos en el barranco que sigue el río Escalote, totalmente seco en este invierno atípicio que sufrimos. 


Primeros metros del barranco

A medida que avanzamos por este lugar las paredes nos van rodeando, un rincón bonito, más por lo inesperado. Unos kilómetros para tomárselos con calma, porque el sendero tampoco permite más, y para disfrutar de los ruidos de la naturaleza. 


En algún punto la senda se estrecha y avanzar se hace algo complicado. Tuvimos que echar el pie a tierra, pero merece la pena el recorrido aunque nos obligue a un poco de "bicisenderismo". La tranquilidad y el inmenso silencio nos permitió ver un grupo de corzos, naturaleza en estado puro.



Barranco río Escalote

Abandonamos las señales de GR  poco antes de entrar en el pueblo soriano de Rello, del que tenemos una buena perspectiva al poco de salir del barranco. Este pueblo se encuentra en lo alto de un cerro y totalmente amurallado, un pueblo de calles estrechas y sinuosas que bien merece una tranquila visita. 

Pueblo de Rello al fondo
   
Sin entrar en el pueblo, a no ser que se quiera visitar, nos desviamos siguiendo buenas pistas y ganando algo de altura. En un lateral del camino nos encontramos una cruz de piedra que, por lo que pudimos intuir, era de un brigada muerto en 1923, me he quedado con la curiosidad de saber algo más, pero por mucho que busco en Internet no encuentro información, aunque no pierdo la esperanza.

Cuando llegamos a la parte más alta nos sale al encuentr un paisaje árido, sin ningún árbol a la vista, de una sobriedad absoluta. A mi esas altiplanicies sin vegetación, barridas por el aire y el frío, siempre me impresionan por su dureza.

Altiplanicie

Como más altura no podemo coger, nos toca bajar, por una fuerte pendiene, hacia un pueblo de curioso nombre, Bordecorex, en el que no se oye una voz ni se ve un alma. Este pueblo tiene una bonita iglesia románica y está dentro de los caminos que forman el Camino del Cid.

Antiguas escuelas. Bordecorex

Salimos de este pueblo siguiendo una buena pista que acompaña al Arroyo del Val por un abierto valle, ahora  subiendo lo que hemos bajado anteriormente. En todo momento nos acompañan los robles desnudos y las encinas, formando un paisaje desnudo e invernal.


Siguiendo el Arroyo del Val

Poco antes de llegar al pueblo de Barca nos encontramos con una antigua fuente, apenas visible debido a la vegetación que la cubría, de la que brotaba un pequeño hilo de agua cristalina. 

Fuente

En Barca hay bar, así que es un buen lugar para hacer una parada, ya que los pueblos por los que hemos ido pasando hasta el momento no tenían ningún sitio abierto donde poder parar. 

Ya solo nos queda pasar por un pueblo más, Lodares, al que llegamos por pistas muy rodadoras sin apenas desnivel. 

Lodares

No hay que confiarse porque aún nos quedan un par de subidas, pero por unas pistas preciosas. La primera subida nos lleva nos adentra en un valle rodeado de un espeso robledal, que nos lleva hasta los molinos de viento, cuyo sonido nos ha acompañado a lo largo de estasubida, rompiendo el silencio. 

Robledal

La segunda subida era la que no nos esperábamos y nos ocurrió lo mismo que con el barranco del río Escalote, como no nos lo esperábamos nos pareció más bonito. Aquí la pista se estrecha y pierde algo de definición y llegamos a una parte que se ve menos transitada y algo dura, pero que nos permite disfrutar de un entorno precioso, debe ser para animarnos en nuestro esfuerzo. Durante la subida no hacía más que pensar que teníamos que volver en primavera, los colores de estos bosques deben ser espectaculares. 


Última subida
 
Una vez que alcanzamos la parte alta ya solo queda pedalear un poco más por pista más bien llana y muy buena, lo que hace que la velocidad aumente. 

El recorrido aún nos tenía reservadas un par de sorpresas. Lo primero una antigua atalaya musulmana, en bastante buen estado de conservación, que nos remonta a una época en la que estas tierras eran lugar de disputa y de frontera entre las huestes musulmanas y cristianas.

Atalaya musulmana

Lo segundo fue que a escasos metros de la entrada del pueblo nos encontramos con un conjunto de antiguas pilas de piedra, de las que se utilizaban para lavar la ropa, que nos pareció una manera perfecta para dar pr concluido el recorrido.

Pilas

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INFORMACIÓN ADICIONAL:
  •  Podéis descargar el track de la ruta en: http://1drv.ms/1SIR1AX
  •  Espero que estas imágenes con, el recorrido y perfil, os ayuden a haceros una idea de este precioso recorrido por tierras sorianas
Recorrido
Perfil del recorrido

viernes, 5 de febrero de 2016

Ascensión al Moncayo (Soria)

El Moncayo (o Pico San Miguel) con sus 2.316  es la máxima altura de dos provincias, Soria y Zaragoza. Desde Zaragoza se suele ascender desde el conocido Santuario de la Virgen del Moncayo, pero en nuestro caso optamos por la vertiente opuesta y realizamos la ascensión desde Soria, concretemente desde la población de Cueva de Ágreda.

La ruta la iniciamos a las afueras de la mencionada población, en el punto donde se encuentran los carteles de GR, ya que hasta la cumbre seguiremos las marcas de la derivación del GR-86, que lleva directo hasta el vértice geodésico de esta montaña, por lo que es fácil de seguir, a no ser que haya nieve y se pierdan las indicaciones.

Los primeros pasos no pueden ser más prometedores, atravesando un robledal donde aún se conservan los colores ocres del otoño.

Robledal

En un primer momento seguimos una pista bastante ancha y cómoda, sin apenas desnivel, que se abre camino entre los robles y antiguos vallados.

Pista en el robledal

Llevamos en todo momento las ruidosas aguas del río Trasmoncayo a nuestra derecha, que nos acompañará durante la parte inicial de nuestro camino, incluso tras dejar atrás la pista para tomar un estrecho sendero, por el que iniciamos un ligero ascenso. Los senderos siempre parecen más amables a la hora de caminar. Todavía nos acompañan los robles creando un espeso bosque a nuestro alrededor.

Sendero

Río Trasmoncayo

Al poco tiempo de tomar la senda los árboles van dejando paso a zonas más abiertas, desde donde podemos contemplar el camino a seguir, las leves manchas de nieve y una gran nube anclada sobre la cima, que se encuentra justo detrás, pero hoy no parece que tenga ganas de salir de su escondite. El sendero sigue fielmente el Barranco del Colladillo, dejando a nuestra derecha el Alto del Pelado.

Barranco del Colladillo. Parte baja

A medida que vamos tomando altura la nieve empieza a hacer acto de presencia, inicialmente de forma tímida.


Primeros pasos por la nieve

A medida que el barranco se estrecha y la altura se hace mayor, la nieve acumulada crece, sin llegar a suponer un problema, lo que le confiere cierto aire alpino a la ascensión. Lo cierto es que para la época del año en la que nos encontramos la nieve caída es mínima. 

En este punto tenemos buenas vistas hacia el valle y podemos apreciar lo ya andado, pero una ligera niebla empieza a rodearnos.

 Acumulación de nieve

El barranco se estrecha, y la nube, que antes teníamos sobre nuestras cabezas, nos envuelve, reduciendo de forma sensible la visibilidad. Todo ello, unido a la altura, hace que la humedad y el frío se empiecen a notar. En los metros finales el barranco adquiere una pendiente mucho más marcada y el avance sea más lento sobre la nieve blanda.


Metidos en la nube

Al salir del barranco nos recibe una fuerte ventisca que no hace más que aumentar cuando llegamos al Collado del Alto de las Piedras, donde nuestro camino se junta con la ruta normal que sube desde la vertiente zaragozana.

El fuerte viento no deja que la nieve se asiente en estas alturas, y nos encontramos con una cima más bien pelada de manto blanco, pero con una ventisca que nos obligó a pararnos el mínimo tiempo posible, lo justo para hacer un par de fotos, con una visibilidad más bien baja. 



Cumbre del Moncayo. 2316 m

El descenso lo realizamos siguiendo el mismo camino, ya que el día no invitaba a proseguir por la cuerda como era nuestra intención inicial. Con ciertos problemas de orientación tomamos de nuevo el Barranco del Colladillo hasta el punto de inicio. 

Apenas pudimos tomar un par de fotos más, nuestra cámara se lleno de humedad y las fotos salían con motas. Os dejo la única foto que salió decente del tramo final al tomar de nuevo la pista. 

 

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INFORMACIÓN ADICIONAL:
  • MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, JOSÉ. Los techos de España. Editorial Desnivel.