martes, 17 de noviembre de 2015

Ascensión al Mortihuero (Cordillera Cantábrica. León)

Esta preciosa montaña se sitúa en el Parque Natural de Babia y Luna, esa zona de la Península donde tiene su origen la expresión de "estar en Babia", al parecer por ser una zona de recreo de los reyes leoneses.

Nuestra ruta la iniciamos en la pequeña aldea de Torre de Babia, para ello seguimos la pista que sale desde la parte alta del pueblo, en las proximidades de la Torre, hoy en ruinas, que nos despide a nuestra salida. Estos primeros metros nos adentran en los colores del otoño siguiendo el margen del Riu de Torre. Las señales de sendero de pequeño recorrido que se ccorresponden con el PR-LE-73), nos acompaarán hasta la laguna de origen glaciar de la Laguna las Verdes.

Salida de Torre de Babia


La pista nos adentra poco a poco en el valle, y a nuestro paso vemos numerosos muros que delimitan zonas de ganado, actividad económica más habitual en la zona. Ganamos altura de forma suave llegando a las Praderas de Tremau, lo que nos permite ampliar nuestra visibilidad y, en el horizonte, aparecen las primeras masas rocosas. 

 Praderas de tremeu 

La pista aún continúa un largo tramo adentrándonos en un valle cada vez más estrecho donde, a pesar de haber ganado bastante altura, parecemos muy bajitos al lado de estas impresionantes montañas. 


En la Majada las verdes, donde existe un refugio aunque cuando nosotros pasamos estaba cerrado, la pista se transforma en un estrecho sendero, que empieza a ganar altura de manera más decidida, para llevarnos hasta la laguna, de origen glaciar, Las Verdes, rodeada de picos que alcanzan los 2000 de altura, y que en los meses cálidos presenta un manto verde debido a la vegetación muy característico. 


Laguna Las Verdes

Hasta este punto la caminata ha sido bastante relajada, pero aquí nos toca empezar a esforzarnos, ya que, para poder ascender a esta cumbre tendremos que enfrentarnos a la pedrera que queda a nuestra izquierda y ascender el canalón. No es difícil, técnicamente hablando, pero hay que tomárselo con tranquilidad y aprovechar para disfrutar de las vistas. 

Al final del canalón hay dos opciones, ascender por una canal a nuestra izquierda bastante inclinada o proseguir hasta el final del valle. Nosotros optamos por esta segunda opción porque parecía bastante más cómoda y menos expuesta, ganando altura de forma gradual hasta alcanzar la cuerda. La senda está bastante marcada y encontramos hitos indicando el camino a seguir.

Siguiendo la senda para alcanzar la cuerda

Al alcanzar la cuerda las vistas son increíbles y aparece frente a nosotros nuestro objetivo, el Mortihuero, en todo su esplendor. 


Cuerda y Mortihuero a la izquierda
 
Desde este punto la ruta se vuelve mucho más cómoda, aunque todavía tendremos algún tramo de desnivel por subir y bajar. El camino se vuelve menos claro, pero la visión del Mortihuero nos indica de forma clara el camino a seguir, siguiendo la ladera de las montañas hasta alcanzar su cumbre del Mortihuero (2187 m).

Cumbre del Mortihuero (2187 m)

Después de disfrutar un poco de las vistas, y con un poco de hambre porque se me olvidó el embutido para los bocadillos, inciamos el descenso, en esta ocasión, con la idea de hacer la ruta circular, seguimos la cuerda que nos lleva a la cumbre de Las Eras de Mortihuero (2113 m), aprovechando para echar un vistazo a nuestra espalda. 

Mortihuero desde las Eras de Mortihuero

Desde aquí el descenso se complica un poco, en parte por la orientación, ya que aunque existe algún hito no es un camino evidente, y en segundo lugar por lo empinado de la pendiente que, sin llegar a ser difícil técnicamente, hará que nuestra piernas sufran y nos obligará a algún pequeño destrepe. 


Descenso

El cansancio que empezamos a sentir a estas alturas, después de unas cuantas horas andando y un desnivel acumulado que se aproxima a los 1000 metros, es una buena excusa para parar y contemplar la inmensas vistas que tenemos desde este lugar. 


Desde aquí, aunque sin camino evidente, no tenemos más que seguir hacia el fondo del valle, a nuestra izquierda, para llegar a las zonas llanas situadas en el Collado de Corralines, donde hay que descansar las piernas y aprovechar para apreciar la bajada que hemos realizado. 

Vista del descenso desde el Collado de Corralines
 
Desde este collado accedemos a una zona de corrales, con muros de piedra, que forman la Veiga Viecha.

Veiga Viecha desde el Cdo de Corralines
 
Si seguimos la pared del corral que vemos a nuestra izquierda vamos a parar a una antigua pista que, tras unos metros más de descenso, se junta con la pista que llevamos a primera hora de la mañana, y que retomaremos para volver al pueblo de Torre de Babia, escoltados por una arboleda de un color intenso. 

Entrada en Torre de Babia

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 INFORMACIÓN ADICIONAL:
  • Mapa Cordillera Cantábrica. Parque Natural de Somiedo. Escala 1:60.000/30.000. Adrados ediciones 
 
 

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