domingo, 29 de noviembre de 2015

Vuelta al Gran Paradiso (Alpes. Italia)

Este trekking lo hicimosen el año 2008, en el mes de Junio. Inicialmente la idea era ascender el Gran Paradiso (4061 m), pero tuvimos tres días de mal tiempo que nos impidieron realizar la actividad en los días previstos y cuando tuvimos un paréntesis de calma meteorológica ya no había sitio en el refugio (es lo que tienen los refugios de Alpes, que la improvisación no es posible debido a la masificación que sufren).

Puesto que nuestros planes iniciales no eran posibles, decidimos realizar este trekking que, aunque evidentemente no es lo mismo, nos permitió admirar el Gran Paradiso aunque fuera desde la distancia, así como todo el núcleo de grandes montañas alpinas de esta zona.

El punto de referencia para la realización de esta ruta se sitúa en la ciudad de Cogne, donde se dispone de todos los servicios y que ha crecido a la sombra de la industria turística que masifica los Alpes en cualquier época del año, ya sea verano o invierno, haga frío o calor.

El trekking lo realizams en tres días, que eran los que disponíamos, pero hay posibilidades infinitas para modificar, prolongar o acortar el itierario, solo hay que hacerse con un mapa y, eso sí, tener muy en cuenta el tema de los refugios, porque sin reserva es muy complicado encontrar sitio en época de máxima afluencia.

Los caminos que atraviesan esta zona gozan de buena señalización, y son bastante aéreos y estrechos, más de lo que pueda parecer a simple vista, en algún caso la sensación de vértigo es importante, un detalle a tener en cuenta.

Primer día. Cogne-Refugio Vittorio Sella

Este primer día se puede resumir en una larga subida desde los 1550 m de altitud a los que se encuentra la ciudad de Cogne hasta los 2579 m a los que se sitúa el Refugio de Vittorio Sella, siguiendo inicialmente la ruta 25, para tomar posterioremente la ruta 18D y enlazar con el Tour de la Vallé de Cogne Gran Paradis (TVC) para llegar al refugio, que coincide en este tramo con la Alta Via della Valle d'Aosta, una ruta bastante popular entre los senderistas italianos.

El inicio de la ruta nos lleva a atravesar densos pinares por sendas que se abren camino entre las sombras que nos rodean y la humedad que ha dejado los tres días de intensas lluvias que hemos sufrido estoicamente en el camping.


Pero la vegetación nos va abandonando a medida que ascendemos, dejando zonas despejadas y que dan paso a senderos más aéreos que abren rutas imposibles en la roca, permitiendo el paso y posibilitando admirar la inmensidad que dejamos a nuestros pies.


La altura nos permite ampliar nuestra visión y las primeras puntas hace su aparición, moles graníticas que se perfilan como inexpugnables con impresionantes glaciares que cuelgan de forma milagrosa en sus laderas, que representan la cara más salvaje de los Alpes.



En algún punto el sendero es tan estrecho que obliga a prestar atención a los pies e incluso encontramos algún paso protegido con pasamanos cuya ayuda, en mi caso, no desprecié.


 Sendero 18D

Tras una jornada de hermosas imágenes llegamos al refugio donde me quedé maravillada al ver a numerosos niños acompañados de sus padres, que habían subido hasta el refugio a pasar la noche, cierto que la mayoría había subido por un camino más corto que asciende desde Valnontey, pero el desnivel hay que subirlo igual y, lo más asombroso de esto, cada uno llevaba su pequeña mochila.

Refugio Vittorio Sella
  
El Refugio Vittorio Sella, es un refugio de grandes dimensiones, casi parece un hotel de montaña, con cómodas habitaciones para cuatro personas, lo que atrae a grandes grupos de personas y familias a pasar noche, como hemos comentado. Este refugio puede servir como punto logístico para numerosas ascensiones en la zona.


Segundo día. Refugio Vittorio Sella-Punta di Tuf-Refugio Vittorio Sella

El Segundo día se planteaba un itinerario de ida y vuelta al refugio, con el objetivo de subir un tresmil de la zona: la Punta di Tuf (3392 m), desde donde habíamos leído que había unas preciosas vistas de los cutromiles del entorno, además nos quitaríamos un poco el "mono" de cumbre que nos habia dejado la imposibilidad de ascender el Gran Paradiso.

El inicio de la ruta sigue el camino marcado como Alta Via della Valle d'Aosta, que coincide aquí con el sendero 18, por lo que en general se trata de una senda muy marcada y bien señalizada, con pocas posibilidades de pérdida.


El camino resulta muy cómodo y ganamos altura de forma bastante gradual, lo que nos permite disfrutar de los paisajes que nos rodean y aprovechar para hacer alguna parada en alguna de las amplias praderas alpinas.


De forma progresiva las montañas van creciendo ante nuestros ojos y las praderas dan paso a zonas más pedregosas, menos cómodas y más salvajes, más acordes con las imégenes que tenemos en nuestra cabeza de estas montañas.



La senda asciende de manera paciente acercándonos hacia nuestro primer punto significativo del día, el Col de Lauson (3296 m), para ello el sendero hiere la roca abriéndose camino a través de las paredes grises, donde es difícil distinguir el camino que debemos seguir para alcanzar este punto.

Tramo final al Col de Lauson (3296 m)

Desde el collado nos queda poco para alcanzar la Punta du Tuf, sólo 100 metros nos separan de nuestro objetivo tras trepar por un pequeño sendero marcado con hitos, que nos lleva a la cumbre, una atalaya magnífica desde la cual podemos admirar las increíbles montañas que nos rodean.



Vistas desde la cumbre de la Pointe du Tuf (3392 m)
 
Después de disfrutar de la cumbre y recuperar fuerzas toca regresar. Como nuestra jornada acaba en el mimo punto en el que empezamos, no nos quedará más remedio que desandar lo andado previamente, y aprovechamos para ver el camino desde otra perspectiva, lo que hace que el camino se presente nuevo ante nuestros ojos y lo podamos disfrutar igual que en la subida, e incluso más ya que ahora se añade que el esfuerzo físico es considerablemente menor. 
 


 
Tercer día. Refugio Vittorio Sella-Cogne

Este tercer día nos acercará a la cabecera del valle, hacia el punto donde las inmensas torrenteras originadas en los galaciares rompen con estrépito contra las rocas. Para ello saldremos del refugio siguiendo el sendero 18B, coincidente con Tour de la Vallé de Cogne Gran Paradis (TVC). 
 
Inicialmente ascendemos para dejar a nuestros pies el refugio que nos ha dado cobijo las útimas dos noches. 
 
 
El desnivel a superar no es mucho, ya que una vez cogemos altura progresamos siguiendo la ladera por estrechos senderos que nos dejan imágenes mágicas al llegar a la altura de los Laghetti del Lauson.
 
 
A medida que avanzamos el sendero se hace más estrecho y empezamos a encontrar pasos equipados para superar aquellos tramos más expuestos o complicados. 
 
 
El recorrido es espectacular, no hay fotografía que le haga justicia a tanta belleza, pero en ellas se puede apreciar lo aéreo de este tramo del recorrido. 


Desde nuestra privilegiada posición podemos ver el Glaciar de la Tribulation, del Gran Croux y de Money, una visión magnífica y, al mismo tiempo, casi inquietante.
 
 

En alguno de los tramos casi resulta imposible creer que un sendero recorra la ladera de esta montaña, y se ve como un pequeño hilillo que lucha por dejar un hueco para nuestros pasos. 

 
Para alcanzar la cabecera del valle tendremos que perder algo de altura, juntándonos con el sendero 22 que asciende desde la profunidad del valle. Impetuosas corrientes de agua formadas por los glaciares al derretirse nos rodean, y algunos puentes nos permiten atravesarlas rodeados por un ruido ensordecedor que apenas nos permite ser conscientes de nada más que no sea la fuerza del agua. 


Desde nuestra nueva posición, algo más baja, los glaciares se sitúan sobre nuestras cabezas, dándonos una nueva perspectiva de esta inhóspita naturaleza donde todo parece obedecer a un sutil equilibrio.
 
 
El camino nos lleva, de nuevo, a alejarnos de la cabecera del valle, en este caso por la vertiente contraria del valle, proporcionándonos una imagen magnífica de los glaciares que dejamos atrás. 



Una vez que nos empapamos de estas imágenes atrás iniciamos el descenso hacia el profundo valle que hemos ido rodeando por las zonas más altas, de forma progresiva la vegetación gana terreno a la roca y los bosques vuelven a hacer su aparición en paisajes más amables. 


Desde aquí solo nos queda recorrer el fondo del valle por sendas cómodas para alcanzar nuestro punto de salida, pasando por algún pequeño grupo de casas y encontrándonos con algún "amigo" por el camino, interesado más por nuesta comida que por nosotros. 





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INFORMACIÓN ADICIONAL:
  • Carta de senderismo 9. Valsavarenche. Gran Paradiso. Escala 1:25.000. L'Escursionista editore. 
  • La ruta viene bastante bien descrita en la revista Grandes Espacios, número 78
 

martes, 17 de noviembre de 2015

Ascensión a Peña Orniz (Cordillera Cantábrica. León)

Salimos de la aldea de La Cueta, donde únicamente viven, de forma permanente, una familia, dueños del bar del pueblo, y con los que estuvimos hablando informándonos de las duras condiciones de vida de estar altas tierras. Según pudimos leer, La Cueta tiene el honor de ser el pueblo a mayor altura de la provincia de León, lo cual en invierno no debe ser nada bueno.

Salen varias pistas desde el pueblo, en nuestro caso seguimos las indicaciones del camino que nos lleva a las Fuentes del Sil, saliendo del pueblo por cercados para el ganado, siguiendo el curso del río Sil.

Inicio de la ruta

Nos encontramos con una pista con buen trazado que gana altura para salvar el profundo barranco formado por el curso del río Sil y, que en su día, debió servir para comunicar con los prados más altos. Desde los primeros compases nos vemos rodeados grandes masas rocosas que cierran nuestro horizonte. 

Pista

Al llegar a la altura del Vado de Bocanegra nosotros seguiremos por nuestro margen izquierdo, sin atravesar el río, para llegar a las Praderas de Cebolléu, donde la sombras parecen ceder terreno al sol, dándonos algo de calor y tiñendo de un intenso verde las praderas. 

Praderas de Cebolléu
 
Aunque hay señales del sendero a lo largo de nuestra subida, son escasas, lo que nos obligará a orientarnos bien para no errar el camino. Ganamos altura camino de la Majada Covalancha, con alguna parada para contemplar el valle que dejamos a nuestros pies. 

Señalización del sendero de las fuentes del Sil

Durante un corto tramo seguiremos las indicaciones, en algunos puntos con postes de madera, en otros con marcas en color amarillo en las rocas, con senda bastante marcada. 

Senda

Nos dirigiremos hacia la Collada de las Morteras. Hay que tener cuidado con la orientación, ya que la senda señalizada no asciende al collado. En algún punto la abandonamos, aunque no nos dimos ni cuenta del punto exacto. A medida que ascendemos las cumbres nos rodean, estos tortuosos y agrestes relieves me provocan una emoción que oscila entre la admiración y el respeto. 

Ascendiendo a la Cda Las Morteras

Una vez en el collado es obligada una parada, siempre que el frío viento lo permita, para contemplar el entorno, ya que hay unas magníficas vistas y hermosas cumbres a nuestro alrededor

 Cda Las Morteras

Tras el descanso nos encaminamos a la cuerda que queda a nuestra derecha y proseguimos ganando altura en dirección a nuestro primer gran objetivo del día, aprovechando para intentar captar con nuestra cámara la belleza que nos rodea. 

Vistas durante el ascenso

De forma sosegada y sin ninguna dificultad alcanzamos la cumbre del Cuetalbo (2079 m), una cumbre redonda con amplias vistas, desde donde podemos ver la cumbre más puntiaguda de Peña Orniz al fondo, todavía algo lejana. 

 Cumbre del Cuetalbo (2079 m). Peña Orniz al fondo

 Cumbre del Cuetalbo (2079 m)
 
No teníamos muy clara la posibilidad de unir la cumbre del Cuetalbo y Peña Orniz, una vez en el sitio la cuerda no nos pareció difícil, como así fue. Proseguimos por la cuerda siguiendo pequeños senderos que nos llevan a avanzar por la ladera, aunque nos pareció ver paso en la zona más alta. Las sendas, a ratos, parecían más bien de vacas que de personas, pero nos permitió pasar. 

 Hacia Peña Orniz

Cierto es que la senda no es muy cómoda, de hecho en algún tramo es bastante incómoda, pero tampoco resulta difícil. Una vez recorrida la mayor arte de la cuerda no nos quedará más remedio que descender unos metros para alcanzar Collada Orniz, desde donde nos enfrentaremos a los inclinados metros finales.

  Descenso a Cda Orniz

Para ganar la cumbre se pueden serguir cualquiera de las inumerables sendas e hitos existentes, lo más cómodo es atravesar la ladera para ascender desde el este. Desde la cumbre de Peña Orniz (2194 m) tenemos unas amplias vistas de los valles y de las impresionantes paredes de Torre de Orniz. Si agudizamos un poco la vista, en el horizonte podemos distinguir la impresionante mole de Peña Ubiña.

 Torre de Orniz. Al fondo Peña Ubiña

Descendiendo de la cumbre de Peña Orniz

El descenso es algo caótico, ya que no encontramos senda marcada, así que improvisamos, descendiendo hacia las Fuentes del Sil, una extensa zona con numerosos manantiales cuyas aguas se suman para iniciar el curso del principal afluente del río Miño

Fuentes del Sil

Nuestros pasos nos llevan a recorrer las zonas bajas de las cumbres que hemos recorrido unas horas antes, rodeados de espesos arbustos de brezo con una característico color rojizo. 


Lo que inicialmente son hilos de agua, van formando un, cada vez más abundante, caudal.


En esta parte echamos manos de la improvisación que nos caratceriza y, en vez de buscar las señales de la senda de las fuentes del sil, seguimos el curso de la corriente de agua, lo que provocó que en algún punto nos mojásemos y que tuviésemos algún paso algo más delicado para salvar algún pequeño salto de agua.

Salto de agua

Esta corriente de agua se junta con el Sil dando lugar a una corriente mucho más caudalosa. 

Río Sil

Una vez en el curso del río Sil intentamos seguir las indicaciones de la senda de las Fuentes del Sil, pero las señales no están muy claras ni visibles, y no debe estar muy transitado porque no resultaba evidente por dónde ir. Por ello decidimos seguir el cauce del río, disfrutando de rincones preciosos.

Siguiendo el cauce del río
 
Finalmente nos encontramos, sin buscarlo, con señales amarillas y una marcada senda, que nos llevó de nuevo hasta las Praderas de Cebolléu, salvando una alta y ruidosa cascada.

Praderas de Cebolléu

Desde las praderas, siguiendo la señalización, caminamos sobre una antigua pista que nos lleva al Vado de Bocanegra, el cual tendremos que atravesar, intentando no mojarnos mucho, para regresar por el camino que tomamos por la mañana, y que nos lleva directamente hasta la aldea de La Cueta.

Vado de Bocanegra

Merece la pena subir a lo alto del pueblo para visitar, aunque sea por fuera, la Iglesia del pueblo. Y si se dispone de tiempo quitarse la sed en el bar del pueblo. 


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 INFORMACIÓN ADICIONAL:
  • Mapa Cordillera Cantábrica. Parque Natural de Somiedo. Escala 1:60.000/30.000. Adrados ediciones