sábado, 30 de mayo de 2015

Ascensión Cueto de la Concilla (Reserva de Saja-Nansa. Cantabria)

Nuestra ruta se inicia en la carretera Ca-280, que se dirije al Puerto de Palomberas, en una zona con un pequeño aparcamiento (en torno al kilómetro 26). El punto de inicio está marcado por un cartel, en la zona del denominado Pozo del Amo, por lo que es relativamente sencillo su localización.

Desde el mismo inicio la senda va ganando altura, siguiendo el curso del rio Saja, por caminos cómodos y sencillos, de naturaleza exuberante, y una humedad elevada. Proseguimos nuestro avance por el valle, angosto y muy cerrado, en su punto más cerrado recibe el nombre de El Infierno.

El Infierno


En nuestro ascenso por senda cómoda y ancha, encontramos algún punto para descansar y disfrutar del paisaje que nos rodea, es mejor tomárselo con calma porque el ascenso es largo. Así que el grupo, para variar íbamos acompañados de un nutrido grupo, aprovechó los llanos para tomar un poco de aire. 

 Descanso durante el ascenso

Compartiendo nuestro camino con el ganado de la zona, que bajaban hacia las zonas bajas del valle.

 
Siguiendo en nuestro ascenso, sin ninguna posibilidad de pérdida ya que no hay más sendero y el camino sigue estando bastante encajonado, llegamos a una zona de nuevo encajonada donde nos vemos rodeados por altas paredes rocosas que nos obligan a levantar la vista para poder ver el cielo, aquí se encuentran las rocas conocidas como El molinuco del Diablo, está claro que va de cosas infernales.


Molinuco del Diablo

Aunque el ascenso prosigue, el valle empieza a abrirse y el ascenso resulta más suave, además el entorno ayuda, ya que el lugar es sumemente hermoso. Siguiendo el río, que en algún punto habrá que atravesar, tendremos algún momento de descando.

Descanso en el camino

Al fondo vislumbramos lo que nos parece el collado, pero no hay que dejarse engañar, ya que el Collado de Sejos, que es nuestro primer objetivo, queda a la izquierda de nuestra visión, y por tanto desde nuestra posición no podemos verlo aún.


Nuestro objetivo lo tendremos a la vista cuando empecemos a girar hacia el este, cuando el valle se abre más todavía y ya podemos adivinar el collado.



Poco antes de llegar al Collado de Sejos nos encontraremos con una cabaña para cuya construcción han aprovehado una gran piedra. 


Pocos metros después llegamos al Collado de Sejos, donde nos encontramos con una amplia pista que llega hasta el collado desde Palombera para proseguir hacia el pueblo de Uznayo. Nuestros camino sigue casi perpendicular a esta pista, ya que nuestro primer objetivo serán los menhires existentes en esta zona, los cuales se encuentran cercanos al punto conocido como El Hitón. Desde este punto además podemos disfrutar de unas vistas espectaculares donde las haya.



Pero lo más interesante llegados a este punto son los menhires que localizamos tumbados sobre el suelo y delimitados por un cercado (nos acompañaban en el grupo un par de arqueólogos, que de hecho fueron los que propusieron esta salida). Los menhires parecen estar datados en la Edad del Bronce (en torno al 2500 a. C), y presentan grabados en su suerficie, uno de ellos parece representar una figura a ntropomorfa en el cual, por las indicaciones de alguno de los expertos, podemos diferencias incluso un arma en el costado. Se han realizado estudios arqueológicos de la zona y se valoró en su momento bajar los menhires al museo arqueológico de Cantabria para evitar su deterioro. En cuanto a su finalidad hay teorías diversas, entre ellas la delimitación de zonas de pastoreo, pero no parece estar muy claro hasta la fecha.



Menhires en el Collado de Sejos

Después de disfrutar de las explicaciones y de un merecido descanso, nos ponemos en marcha de nuevo, ya que aún nos queda un fuerte desnivel hasta alcanzar nuestro segundo objetivo. Para ello ascendemos hasta la valla divisoria, donde encontraremos la Piedra Jincá, otro menhir, y aquí, sin senda marcada, giramos siguiendo la valla para enfrentarnos a la inmensa cuesta que nos aguarda. El ascenso es duro y con mucha vegetación, pero una vez llegamos a la parte alta, que no a la cumbre para la cual nos queda un poco de subida, tendremos unas vistas impresionantes.



Desde este punto hasta la cumbre prácticamente no queda nada, solo un suave ascenso por zona mucho más abierta y sencilla que nos permitirá alcanzar la cumbre de el Cueto de la Concilla (1922 m). Y, por supuesto, no puede faltar la foto de cumbre. 


Cumbre del Cueto de la Concilla (1922 m)

Después de disfrutar de la cumbr eun rato y de las magníficas vistas, bajamos siguiendo el mismo camino que hemos tomado de ascenso, una vez abandonamos la cuerda nos tendremos que enfrentar, de nuevo, al fuerte desnivel, ahora de descenso, hasta llegar al Collado de Sejos. A partir de este punto el descenso se vuelve cómodo, aunque no pudimos disfrutar de las vistas como en el ascenso, ya que la niebla nos sorprendió durante la bajada. 


Descenso
 

martes, 19 de mayo de 2015

GR-163 Ruta del Cristal de Hispania (Cuenca)

Esta ruta nos atrajo especialmente por rcorrer un antiguo camino histórico, concretamente recorre parte de la calzada romana Cartago-Nova a Segóbriga, que era el eje de comunicación que permitía conectar la Meseta con las zonas de Levante para el traslado del lapis specularis (o espejuelo).

El lapis specularis o espejuelo es un tipo de piedra de yeso, que fue muy valorado en la Antigua Roma por utilizarse a modo de acristalamiento de ventanas (aunque no fue su único uso). La principal zona minera de lapis specularis se encontraba en la Hispania Citerior, provincia romana que en sus momento de máxima expansión abarcaba dos tercios de la Península, y que se extendía por las tierras conquenses por las que discurre esta calzada.

La calzada discurría de Norte a Sur uniendo diversas explotaciones de este mineral, situadas en muchos de los pueblos por los que pasaremos en las próximas dos jornadas, o en sus proximidades (Huete, Torrejoncillo del Rey, Villarejo de las Fuentes...), uniéndose cerca de la ciudad romana de Segóbriga (actualmente Parque Arqueológico) con la vía procedente de Complutum (actual Alcalá de Henares).

En este incomparable marco histórico discurre este GR que, si bien no nos lleva a parajes espactaculares, sí nos permitirá conocer, a lo largo de sus 163 kilometros, una parte importante de nuestra Historia.

Nosotros hicimos este trayecto en dos días, en un fin de semana caluroso, la zona por la que discurre es extremadamente calurosa en verano lo que lo hace prácticamente impracticable, por otro lado el tipo de terreno hace que en época de lluvias, o con lluvias reecientes, se formen importantes barrizales que dificultarán la marcha. El camino discurre por amplias pistas lo que hace de que este recorrido sea especialmente aconsejable para la bicicleta, ya que andando puede resultar algo monótono.

Primer día. Ciudad hispanorromana de Ercávica-Villas Viejas (82 km-900 m)

Como no podía ser de otro modo iniciamos nuestro recorrido con una visita al Yacimiento arqueológico de Ercávica, se trata de una ciudad hispanorromana amurallada donde actualmente pueden verse importantes restos del Foro, de la muralla, de las termas (con una sauna subterránea muy bien conservada) y de varias domus, además de lo anterior fuera del rcinto del yacimiento se puede visitar la cripta de San Donato y la Fuente del Pocillo, de época visigoda.

Domus. Ercávica

Fuente del Pocillo

En este enclave histórico iniciamos nuestra ruta, en el cartel informativo de la Ruta del Cristal de Hispania, que se sitúa justo encima de la cripta de San Donato

Inicio de ruta

El camino transcurre por pistas muy anchas, en general muy cómodas para el pedaleo, que nos permiten llevar un buen ritmo. 


Algunas pistas por las que circulamos

En los primeros kilómetros bordeamos el pantano de Buendía, aunque no somos muy conscientes de ello, ya que no tenemoss vistas. Atravesamos amplios campos de cultivo, paisaje típico de esta zona, que presentan todas las tonalidades de verde posibles.



A lo largo del camino encontramos antiguas construcciones, hoy ruinosas, como casas de campo o palomares, que han dejado de tener uso y nos hablan de otras épocas. 

Palomar

En medio de esta inmensidad el rpotagonista total es el cereal, de eso no cabe ninguna duda...


Y la falta de sombra a la que poder arrimarse, porque apenas a travesamos arboledas en todo el recorrido y no encontraremos protección en los días soleados. Pero cuando llegas a una arboleda, por pequeña que sea, te llevas una alegría.


El trayecto no lleva a numerosos pueblos, quizá el más interesante sea el pueblo de Huete, donde encontramos el Monasterio de Santa María de la Merced, fundado en el siglo XIII. Nosotros lo encontramos cerrado y se ha quedado pendiente para alguna visita posterior. Gente del pueblo nos comentó que han habilitado para visitar por el público una mina de lapis specularis, a unos 7 kilómetros del pueblo, con la bici queda un poco alejado, pero es una visita a tener en cuenta para un poco de turismo cultural por la zona.

Lo caminos, en general, son buenos, y solo tendremos unos escasos cientos de metros por senda, para evitar la carretera, y que discurrre paralela a la vía del tren.


Nuestro primer día finaliza en Villas Viejas, unas pocas casas que, en su momento, debieron ser un pequeño pueblo, y que hoy por hoy está abandonado al borde de la A-3. 

Villas Viejas

Segundo día. Villas Viejas-San Clemente (80 km-450 m)

Este segundo día seguirá la tónica del primero, discurriendo por amplias pistas, a excepción dle inicio de ruta que se realiza por una pista amplia, pero algo tapada por la vegetación. 

Inicio de ruta

Nuestro recorrido pasa muy cerca de la Laguna del Hito, Parque Natural, y hay un enlace que permite dar la vuelta a la laguna, nosotros lo descartamos por aprovechar las horas de menos calor para avanzar, ya que avecinaba un duro día de calor. También se pasa relativamente cerca de la ciudad romana de Segóbriga, pero queda un poco lejos para acercarse con la bici, y además requiere una visita detenida. 

Pero el camino sí que pasaba al lado del Castillo de Fuentes, próximo al pueblo de Villarejo de Fuentes y en la misma ubicación que la ermita de Nuestra Señora de las Fuentes. El castillo está bastante deteriorado, pero se distinguen sus cuatro torres de planta circular y su planta cuadrada, su construcción se remonta a los s XIV y XV.

Castillo de Fuentes

Torre circular y ermita de Nuestra Señora de Fuentes

 Interior del recinto y restos de chimenea

Una vez dejamos atrás el castillo, proseguimos nuestro camino por las características pistas anchas rodeadas de tierras de cultivo.


Pero nos queda alguna pendiente un poco más marcada al introducirnos en el único encinar que atravesamos. 


Encinar

Señalización de la ruta

Una vez superada esta agradable zona, no nos queda más que rcorrer un amplio valle por amplias y cómodas pistas, que nos llevan hacia zona de viñedos, hasta el pueblo de San Clemente, en el que nuestra ruta se entrecruza con otros muchos caminos como es la Ruta del Quijote y el Camino de Santiago. Curiosamente San Clemente es un punto de inicio de uno de los Caminos de Santiago, el Camino de la Santa Cruz, que se basa en el seguido por Fray Francisco de la Cruz en el s XVII. 

En este pueblo tenemos el punto final, que se sitúa sobre el puente romano de San Clemente, dando por concluida nuestra intensa ruta.


Puente romano de San Clemente

San Clemente

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INFORMACIÓN ADICIONAL:


martes, 12 de mayo de 2015

Ascensión Pico Argel (Calar del Mundo. Albacete)

El Pico Argel, con sus  1699 m de altitud, es el pico más alto del Calar del Río Mundo, y desde su cumbre se disfruta de unas vistas espectaculares de este maravilloso entorno. Se puede ascender desde diversos puntos, nosotros optamos por subir desde una pista forestal que sale justo enfrente de la carretera que nos lleva hacia la población de Mesones.

Inciamos la subida por pista ancha y un poco aburrida, de la cual nos desviamos en una marcada curva, en poco tiempo nos juntaremos con las señales del GR68 que nos lleva por una pista menos pisada.

Inicio de ruta

No seguiremos durante mucho tiempo las señales de GR, ya que nos desviaremos por una senda, poco evidente, que asciende por un pedregal a nuestra derecha. Este desvío es difícil de ver si no se lleva el track.

Pedrera

En algún tramo la senda tiene bastante pendiente, especialmente al abandonar la pedrera e iniciar el ascenso por una estrecha senda que se abre camino a través de un bosque de pinos. 

Senda ascendente

La senda nos deja en un alto, el Balcón de Pilatos, con unas impresionantes vistas y nos permite percibir lo abrupto del teeerreno que nos rodea, con modestas cumbres, pero profundos barrancos, que ahcen que los desniveles sean considerables. No dejaremos de ascender, aunque la pendiente se suaviza de forma considerable a partir de este punto. La senda nos lleva por la cuerda entre vegetación y sin grandes esfuerzos.

 
 Formas caprichosas de las rocas

Al llegar al final de la cuerda el paisaje cambia de forma radical, a cada paso que damos la vegetación es más escasa, en un paisaje pedregoso, y donde la roca caliza se convierte en la gran protagonista. El paisaje que tenemos ante nosotros es el que define el Calar del Río Mundo, sin duda un lugar de rasgos duros, pero hermosos.


En breve visulizamos el Pico Argel, nuestro primer objetivo de la jornada, que se nos muestra solitario en este mar de rocas, donde el viento también tiene un papel destacado en la morfología del relieve, y en las formas extrañas de los escasos árboles que tienen fuerzas para aguantar el clima de estas zonas altas. 


Aproximación al Pico Argel

El camino hasta la cumbre es más corto de lo que en un inicio pueda parecer, y únicamente nos una pendiente algo más marcada en el último tramo, unos metros antes de llegar a la cumbre. La cumbre es un estupendo mirador, ofreciendo unas preciosas vistas, a lo que se añade que la tuvimos para nosotros solos.

Cumbre del Pico Argel

Todavía nos quedan por delante unos cuantos kilómetros que disfrutar, y sufrir, ya que nuestra ruta es circular y recorrermos una amplia zona del Calar. El siguiente obejtivo es llegar al mirador que se encuentra justo encima del Nacimiento del Río Mundo. Lo primero será descender, en este caso con orientacion contraria a la que trajimos en el ascenso, pero no hay senda marcada, así que la bajada la realizamos por donde vemos más evidente, facilitado por el terreno que no prsenta ninguna dificultad. 

Descenso del Pico Argel

En la zona baja volvemos a ver traza de alguna senda, sin llegar a distinguir si se trata del paso de animales, y encontrarnos algo más de vegetación, ya que encuentra resguardo en los recovecos que forman las paredes, donde están a salvo del aire frío. Hay lugares estupendos para detenernos y, sencillamente, disfrutar del entorno. 




Al bajar nos encontramos, de nuevo, con marcas de GR, pero en este caso se trata del GR66 (sendero que ya seguimos en la ascensión al Pico Mentiras), y que abandonaremos para dirigirnos hacia el mirador del Río Mundo. Aquí tenemos unos 3 kilómetros de ida y vuelta, donde, para llegar al mirador, tendremos que descender unos 200 metros. Como recompensa unas estupendas vistas, aunque no se llega a ver el nacimiento del río. 

Mirador del Río Mundo

Después de una parada volvemos sobre nuestros pasos para retomar el GR66 que abandonamos anteriormente. Seguiremos este GR durante unos kilómetros por bonitas pistas, hasta llegar a una casa abandonada. 


Siguiendo el GR 66

En este punto nos encontramos con el desvío más conflictivo de la ruta, ya que siguiendo el track nos saldremos del GR, pero sin senda aparente, por lo que a no ser que se lleve GPS es difícil de localizar el punto exacto y el camino a seguir. Durante algún kilómetro vamos atravesando una zona de espesa vegetación sin ningún tipo de senda, lo que dificulta y ralentiza el avance, aunque no presenta mucha dificultad, más allá de algún paso algo cerrado por la vegetación.



Tramo fuera de sendero

Finalmente se enlaza con una pista, que no parece estar en uso, pero cuyo trazado es perfectamente distinguible. Al no estar muy pisada se trata de un camino agradable y bonito, y justo aquí nos cruzamos con un jabalí despistado que no se dió cuenta de nuestra presencia, lo que indica que no debe estar muy transitado. 


Siguiendo la pista

A partir de aquí el camino está más claro, ya que no nos queda más que seguir la pista, ignorando las variantes que salen a derecha e izquierda. A medida que avanzamos, la pista está más marcada. Lo mejor es no desviarse de la pista, que nos llevará a la pista principal donde dejamos el coche. Nosotros como, al parecer, no habíamos tenido bastante improvisamos y terminamos cogiendo una pista totalmente abandonada, en el inútil intento de buscar un atajo. 

Pista abandonada

Para salir de la zona en la que nos habíamos metido tuvimos que salir pegándonos, literalmente, con unas zarzas, pero bueno el que no se pierde no encuentra sitios nuevos. Al final conectamos con la pista principal y de aquí al coche, ya solo queda bajar, después de haber disfrutado de un magnífico y solitario día de montaña. 

Por último, y si tenéis tiempo, acercaros el Nacimiento del Río Mundo, ya que se encuentra muy cerca en coche. Es un lugar muy turistico, pero es uno de esos sitios que hay que ver, muy especialmente con lluvias recientes, ya que el nacimiento es espectacular. Nosotros en esta ocasión no nos acercamos, pero os dejo unas fotos de una visita anterior en la que estuvimos en la zona con las bicis para que veáis la espectacularidad de este rincón.



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INFORMACIÓN ADICIONAL:
  • No hemos colgado la ruta en wikiloc ya que existen numerosos tracks, nosotros seguimos el track indicado en el texto: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8274372. La opción del GPS no es nuesra preferida para andar, pero no hemos conseguido mapas de detalle de la zona, solo los del IGN, y estos tienen la pega de que las sendas no vienen marcadas. 
  • Revista Grandes Espacio, nº 30